Reflexiones de cuarto de baño

Hoy sólo quiero hacer una reflexión que me vino a la cabeza el sábado, mientras estábamos celebrando el cumpleaños de Aira en un local caraqueño. Y es que Venezuela debe ser el único país del mundo en que las colas en el baño no son para vaciar la vejiga, sino para conseguir un puesto donde te puedas mirar cómodamente al espejo. El sábado estaba yo en este local nocturno y, en un momento dado, subí a los servicios, como normalmente nos suele ocurrir por ser poco previsoras en cuanto vi la cola me di cuenta que había esperado demasiado y me iba a tener que calar la desesperación de ver la cola avanzar lentamente mientras mi vejiga no paraba de quejarse, pero ¡oh! que sorpresa la mía cuando me di cuenta de que los baños no estaban ocupados y pude entrar derechita y sin esperar ni un minuto. Las cuatro personas que tenía delante estaban a la espera de que una quinta terminase de retocarse el maquillaje y el peinado para hacer ellas lo propio y, de esta forma, dejar constancia de que por algo llaman a Venezuela el país de las misses (aunque sea a punta de bisturí y chapa y pintura).