Buhoneros
Los buhoneros o vendedores ambulantes no tienen muy buena prensa que se diga. Se les acusa de invadir las calles caraqueñas impidiendo el paso peatonal y convirtiendo paseos que en otro tiempo se podían disfrutar, en verdaderas junglas asfálticas del consumismo. Además también pesa sobre ellos la creencia popular de que están aliados con los malandros (ladrones) que aprovechan esas aglomeraciones para robar a los incautos transeúntes. Si bien todo ello puede ser verdad, en cierta medida, también es cierto que aún queda mucha gente buena que no tiene otra posibilidad de subsistir en la vida que dedicarse a la economía informal, montando un puesto en uno de estos lugares para poder sacarse unos reales al mes que le permitan mantener a sus familia. Y esto lo digo porque hoy me acerque hasta uno de éstos buhoneros que trabajan en Sabana Grande para que me apretase las piezas que van engarzadas a la esfera de mi reloj. Y cuando le fui a pagar se negó a cobrarme porque el reloj no estaba roto ni le había cambiado ninguna pieza, sólo le había apretado, lo cual demuestra que, independientemente de qué nos dediquemos el ser persona, amable y buena gente va por dentro, no en el puesto, como por desgracia mucha gente cree.