A protestar sea dicho

El 28 de diciembre del año pasado Chávez anunció que el 27 de mayo Radio Caracas Televisión (RCTV) no volvería a salir al aire, ya que no se le iba a renovar la concesión del espacio radioeléctrico. Tras este anunció la sociedad venezolana, como usualmente ocurre en estos casos, se dividió entre oficialistas a favor del fin de la concesión, y opositores en contra del cierre del canal. Hasta los conceptos son diferentes, para unos cierre, para otros fin de la concesión. Pero a decir verdad está vez la balanza se volteó un poco ya que muchos chavistas manifestaron su desacuerdo con el cierre del canal 2, que a sus 53 años era el pionero en la televisión venezolana y contaba con "Radio Rochela", programa que ostenta, con 48 años en pantalla, el Guiness de los Records. Con la salida del aire de RCTV nació un nuevo canal TVes (Televisión Venezolana Social) de carácter público y que promete ser una televisión consciente de la idiosincracia venezolana, que resalta sus tradiciones, su música y su cultura. En contraposición con RCTV que exaltaba los valores capitalistas y nos nublaba la mente con los inefables valores gringos. Lo mejor es comprobar que en una marcha oficialista a favor de TVes hubiese una típica bailarina de samba brasileña en paños menores (cuando ellos siempre recrimiraron a RCTV las imágenes que incitaban a la sensualidad) y que tras la manifestación muchos de ellos, mostrando su total rechazo al imperialismo yanqui, vayan a matar el hambre a Mac Donalds. A mi me parece muy bien que creen una televisora social, incluso entiendo que sea en el canal 2 porque esté es el que más alcance tiene y el que llega a más partes de Venezuela, pero eso no quiere decir que TVes tenga que nacer de la muerte de RCTV, fácilmente el gobierno podía haber dado a Radio Caracas Televisión el canal 9, el canal 6 o cualquier otro canal que este libre dentro del espectro radioeléctrico.

En cuanto a la gente que dice que esto se debe a que el canal era muy critico con el gobierno y que además Marcel Granier, su presidente, participo en el golpe de estado y demás, en primer lugar creo que la riqueza de la democracia es la pluralidad y en segundo lugar, Marcel Granier no es santo de mi devoción de hecho no creo que sea una buena persona, pero eso no quiere decir que sus actos los tengan que pagar los miles de trabajadores que diariamente laboran en RCTV.


En consecuencia, las protestas a favor de la libertad de expresión ante esta arbitrariedad no se hicieron esperar, la primera fue esta, realizada por periodistas frente al Consejo Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), el día 4 de abril de 2007, un día después del Día de la Libertad de Expresión. Allí entregaron un documento exponiendo sus argumentos en contra del cierre, ya que según la ley la concesión se renueva automáticamente 20 años más si la televisora no tiene ninguna sentencia firme ante los tribunales, cuyo caso no es el de RCTV.



Periodistas de RCTV se llevaron sus instrumentos de trabajo hechos en gomaespuma (micrófono y cámara), los cuales serían fueron acallados el 27 de mayo.

Asimismo se taparon las bocas y se ataron las manos para representar que se les está impidiendo ejercer la libertad de expresión.
En las cintas con que se taparon sus bocas se podía leer: "No al cierre".

Periodistas de varios medios de comunicación se sumaron a la protestas silenciosa y pacífica a favor de RCTV y la libertad de expresión.

Ojo avizor, esta foto sólo la puse porque en ella podéis ver a Yelitza y a Víctor en su faceta contestataria y de protestas.

También los estudiantes se sumaron a la concentración de protesta, algo que aunque aún no sabíamos, anticipaba el resurgimiento del movimiento estudiantil en Venezuela. Pero vayamos cronológicamente, de eso ya os daréis cuenta más adelante, puesto que pienso dedicar los próximos escritos a relatar las diferentes protestas realizadas en torno a este caso por periodistas, sociedad civil, los partidos políticos y estudiantes, la cual dio paso a un movimiento aún mayor y más ambicioso liderado por los universitarios.