Lo prometido es deuda
Ajá, así que eres tú, Martuki, la que había compartido está triste experiencia de ser "La Dama de Brillante Armadura". Dios, con lo que me reí de Mario, menos mal que no me puede ver y no va a poder llevar a buen puerto esa venganza que tanto se merece, jujuju.
La verdad es que ya he aprendido a domar mis hierros y hemos logrado conseguir una perfecta convivencia pacífica. Como te decía mis dientes siguen siendo bello, pero como me falta eso, a lo largo de los años, ha provocado un desplazamiento de mis muelitas traseras. Solución enderezarlas otra vez y ponerme uno de mentirillijas. Aprovechando el proceso, ya sabes que vas al dentista por una vaina, ellos te sacan cinco más, el ortodoncista (Por Tutatis, que palabra tan horrible) decidió que tenía los dientes de arriba muy juntos y que había que separarlos un poco (cuán felices eran los trogloditas que no se preocupaban de caries, traumas, roturas, dietas, obesidad, pelos en las piernas,...). Así que al final me vi con aparato, no sólo en la dentadura de abajo, sino también en la de arriba.
Pero bueno, ya lo digo aquel ilustre líder social que fue Jesucristo o Cía., la vida es un valle de lágrimas, y a mi me tocó esto.