¿Se preocupan por la gente o alimentan su ego?

¿Cuándo los políticos van a visitar las zonas populares y populosas de sus países, regiones o ciudades, lo hacen para acercarse a la gente, a sus problemas y demandas o simplemente para recibir un baño de masas que les permita mantener cultivado su ego?

El problema es que la política ve a la gente común, y más aún a los pobres, como colectividad, a la que tal vez sí se quiere ayudar; pero no se ve a los individuos, a las personas, a las singularidades.

Si quieres tener empatía con la gente, tienes que escucharles y no recurrir a la salida fácil y demagógica del beso y la palmadita en la espalda. Tienes que preocuparte por sus dificultades, interesarte, preguntar, y no despacharles con un "este es el país en le que estamos por eso queremos cambiarlo". Esa es una frase hecha, que no significa nada. A ellos no les importa el país, tienen demasiados problemas para eso. A ellos les importa que no maten a sus hijos, que puedan tener un trabajo que les permita llevar comida a casa, que su hijita de 15 años salió embarazada y va a tener que abandonar los estudios, que su hijo haya caído en las redes de la drogadicción. Hay que ir a lo específico, a sus casos, sus historias. No a las cifras, a la globalidad. Hay que hacer política social, las estadísticas y las encuestas son sólo mentiras aceptadas, mientras que la realidad de la gente es, en muchos casos, un martirio cotidiano que ha sido olvidado por los políticos.