Laura en el país de las misses (II)
Pero volviendo a la gala, el espectáculo en sí fue todo un despliegue de brillos, sonrisas, trajes de noche, glamour, actuaciones en vivo, lágrimas, las temidas metidas de pata a la hora de las preguntas, el reconocimiento a unas nostálgicas reinas de la belleza de 1986 (entra las que estaba Catherine Fullop desde Argentina y la presentadora de tan magno evento, Maite Delgado), aplausos, trajes de baño y unas representantes de la belleza siempre cuestionadas (qué si tiene mucha nariz, que si tiene unas patas flaquísimas, qué si la maquillaron horrible, que sí quien diseño su traje es su peor enemigo), en fin una retahíla de convencionalismos.
La noche comenzó con un número de canto y baile en el que participaban los protagonistas de la telenovela del momento de Venevisión ( es decir, se aprovechó para promocionar un producto de lla televisora que retransmite el Miss Venezuela). Interesante que la novela se base en las desventuras de unos buhoneros (condición, esta de la economía informal, en la que se encuentran una gran parte de venezolanos) y que sus personajes, así caracterizados, fuesen los encargados de dar paso a sus antítesis: 28 glamurosas y elegantes chicas que con su mejr sonrisa Profiden cantaban el himno del Miss Venezuela, “En una noche tan linda como esta”.
Todo fue ello aderezado con unos bailarines de salsa casino que, a mi parecer, desperdiciaron un recurso que hubiese dado a la gala el glamour de los grandes espectáculos hollywodienses pensados para artistas como Mailyn Monroe. Si el cuerpo de baile hubiese pensando la coreografía para ser vista desde una toma aérea y hubiesen realizado espectaculares figuras geométricas mientras bailaban, las tomas generales desde arriba habrían ganado en riqueza y espectáculo.
Como dato novedoso, este el primer concurso de belleza en el que participa una sordomuda, Miss Sucre, la cual se alzó con el tercer puesto, lo que la llevará a representar a Venezuela en el Miss Internacional. Por cierto, la ronda de preguntas se retransmitió también en el mensaje de señas y una traductora ayudo a esta Miss a comunicarse verbalmente con la audiencia y el jurado.
Al lunes siguiente de la elección de la más bella, un programa venezolano de humor que tiene todo el tiempo del mundo en antena, hace una parodia de la gala, es un programa tan visto como el mismo certamen y tiene su propio nombre ya constituido: “Miss Chocozuela”.
Otra cosa que también me llama la atención es que en el Miss Venezuela está permitida la cirugía estética, de hecho Osmel Sousa, director de Miss Venezuela, hacedor de misses y gurú de la belleza, es el que con su, al parecer, ojo clínico aconseja quién se tiene que operar qué. La verdad no esto muy de acuerdo con esto ya que la belleza no es perfección, además, aunque no soy fanática de los valores de los concursos de belleza, tampoco se trata de un concurso de quién puede convertirse en la más bella, sino de a quién la naturaleza le doto de ese don.
Es paradójico que un país donde un alto porcentaje de la población es pobre el país se paralice por un concurso de belleza, tal vez, y sólo tal vez, esa noche se permiten soñar despiertos y tantos destellos., sonrisas y brillos les permitan olvidarse de la tristeza que les rodea. Tal vez, y sólo tal vez, la superficialidad es la única válvula de escape que encuentre esta gente y, sólo por eso, estos concursos hagan encontrado su razón de ser.