De cumpleaños y llegadas
Ante todo muchas gracias a todos aquellos que se acordaron de esta humilde españoleta en Venezuela en el día de su cumpleaños. Me hicieron mucha ilusión todos los mensajes, llamadas y correos electrónicos que recibí, sobre todo de aquellas personas que por la distancia no veo hace muchos meses ya y con los que hasta Navidad no volveré a encontrarme. Estuve celebrándolo con Víctor, Yelitza, Adriana, Macu, Monona y Adriana. Conversando con Adriana y Yelitza nos pusimos a recordar mis primeros días en Venezuela, mi llegada a la radio, cuando las conocí a ellas, y todas esas cosas. Realmente nos reímos mucho, sobre todo con Yelitza, que tiene un cuento buenísimo sobre cómo pensaba que era yo y cómo resulte ser.
A partir de este momento de relato debéis poneros en el lugar de Yelitza, de cómo me imaginaba y de cómo era en realidad. Resulta que yo llegue a Caracas por tres meses para hacer las pasantías de mi postgrado, Yelitza trabajaba en ese momento en la radio y era la encargada de seleccionar al afortunado que pasaría sus prácticas en este bello país tropical. Pues bien, la cosa que es yo fui la única que no puse foto en mi currículum y aunque detallaba la fecha de mi nacimiento, Yelitza pensó que yo era una vieja europea que había hecho un postgrado y que no tenía más que hacer con su vida que conocer Venezuela. Así todo, como había sido la única persona que había puesto Venezuela como primera opción decidió que era yo quien merecía el puesto. Desde ese momento se preparó para recibir a una vieja loca europea y soportarla por tres meses, jajaja.
A todas estas yo estaba en España preparando todas las cosas del viaje, ya que me lo dijeron con dos semanas de antelación y os podéis imaginar todo lo que tuve que hacer yo en esos 15 días. Que si vacunas, que si ir a la Embajada de Venezuela en Madrid, que si comprar los boletos de avión. En fin, mucho estrés y sin imaginarme siquiera que había pasado a ser toda una señorona para los que serían mis anfitriones en Venezuela.
Total que llega el día esperado y me presentó en la radio. Al llegar me recibe la persona con la que se tenía el contacto desde Madrid y después de darme la bienvenida y todas esas cosas me dice que vuelva al día siguiente a las 9 de la mañana, que la jefa de información de la radio me recibirá y explicará cuál será mi cometido, su nombre era Yelitza Aliotty.
Acotación, todo lo que cuento a continuación me lo confesó Yelitza mucho tiempo después. La cuestión es que ella, en su pensamiento de que soy una vieja desquiciada, cuando la llaman de recepción y la dicen que la está esperando Laura sale, mira a los lados, y como ve una jovencita encantadora (yo, por supuesto), pasa de largo y sale a la calle, donde, claro está, no había nadie. Vuelve a entrar y le pregunta al recepcionista, el cual me señala. Yo en ese momento me di cuanta de que hacía un gesto medio extraño y a mi vez pensé, "que tipa tan rara, me pasa de largo, vuelve a entrar, pregunta por mí y cuando me señalan se le queda un gesto así como de sorpresa, ¿por qué será? Dios mió, espero que no me haya tocado hacer la pasantía junto a una cuerda de locos".
La verdad es que después de eso se portó de una forma super amable y simpática, así que no me preocupe más por el tema. Pero es que aquí no acaban los despistes de Yelitza (claro, uno cuando la conoce, aprende cómo es la vaina y como funciona su cabecita loca, jajajaja). El punto es que al hacer el recorrido por la radio me va presentando a todo el mundo (todos encantadores con la españoleta, jejejeje), mientras me explica la función que desempeña cada quien. Pero lo mejor es que en ese momento, como después supe, !!!!NO SE ACORDABA DE MI NOMBRE!!!!! y para vadear la situación simplemente decía "esta es la chica española que va a hacer las pasantías en la radio". Yo en mi timidez habitual en esas ocasiones (aunque la gente que me conoce dice que no si nazco muda reviento, cuando no conozco a la gente me abstraigo burda), tampoco se lo puse fácil y después de un largo por fin me digne a decir mi nombre. Yelitza debió suspirar aliviada porque si no durante el resto del día le hubiese tocado llamarme "oye, española", cada vez que me quisiese decir algo y eso es algo que no cuadra con la hospitalidad venezolana.
¿Cómo acabo está historia? Yelitza es una de mis grandes amigas de acá, incluso es un poco como mi madre venezolana. De hecho, una de sus frases favoritas con respecto a mí es "Si Dios no te dio hijos... TE DIO A LAURA".