Encrucijada de palabras

"Soy un individuo de una especie animal elevado por mis semejantes a la dignidad de ser humano". No sé de quien es la frase pero sí que es realista, por eso espero que a través de este espacio logre alcanzar algo de ese ser humano del que habla. Dicen que este nuevo medio de comunicación es aislacionista, que no fomenta el calor que te brinda una amistad, pero cuando quieres hablarle al mundo y no importa quién pueda escuchar, no importa que forma utilices, lo importante es conseguirlo.

17 abril, 2006

Una agnóstica se gana el cielo

Comienzo haciendo una aclaratoria importante, yo, en lo que a fe se refiere, soy agnóstica, es decir, ni creo ni dejo de creer en Dios. De todas las posturas frente a la creencia católica creo que ésta es la peor. El creyente se aferra a su Dios y en base a eso encara la vida, lo bueno y lo malo; el ateo tiene claro que Dios no existe y por tanto no le preocupa todo lo relacionado con la fe. Pero el agnóstico, es el paradigma de la duda, no cree abiertamente en la existencia de Dios, pero tampoco puede negarla de plano, con lo que su vida, sobre todo en momentos difíciles o que le hacen plantearse sus creencias puede incluso dedicar una plegaria a ese dios del que tanto duda.

Pero bueno, la cuestión es que como dije, soy agnóstica, pero una amiga mía, Yelitza, me invitó a una misa de Jueves Santo que daba un amigo suyo, el amigo, evidentemente, es cura. Pues bien, llegó a la iglesia con Víctor y no habíamos aposentado el culo en el asiento, cuando el cura se dirigió a nosotros: "Necesito que me ayudéis en una parte de la misa". Claro, nosotros pensamos, "Ok, no hay problema, nos pondrá a leer algún pasaje bíblico". Cuán inocentes éramos. Pues bien, lo que este hijo de Dios quería es que le ayudásemos en el lavatorio de pies. Para quien no lo sepa, Jesús, en la Última Cena, lavó los pies a sus discípulos, para hacerlos entender que aunque él es el maestro también es humilde y lava los pies a sus discípulos como enseñanza, y que de esta forma ellos también debían hacer lo mismo con los creyentes. Total, este pastor del señor quería que todos los feligreses congregados en la misa se lavasen los pies los unos a los otros. Para ello nosotros debíamos coordinar toda a operación, él nos lavaba los pies a nosotros y nosotros al primero de la fila, el primero al segundo, y así sucesivamente. Nosotros llevaríamos la palangana y el agua y ayudaríamos a la gente.

Pues bien, que sepáis que entre las almas de Dios hay mucho vago, porque me tocó lavar pies como una cosaca, no entendieron la enseñanza y muchos de ellos lo único que hacían eran alargar su pie descalzó para que yo "amablemente" se lo lavase, pero ni por un momento tuvieron la intención de lavar el pie a su compañero. Enseñanza: después de 2.000 años la gente todavía no entiende el mensaje divino y en vez de ponerse al servicio de los demás, quiere que los demás se pongan a su servicio. Por eso mucha gente piensa que con la caridad hace un bien supremo hacia el pobre, cuando lo que realmente tendría que estar haciendo es luchar por la igualdad.

Lo bueno, un señor mayor, que si cumplió con el ritual, me regaló una estampita de "La promesas de Jesús Misericordioso", ya sé que dije que soy agnóstica, pero me la quedé y la llevó en la cartera. La razón, las buenas acciones no se hacen por la recompensa, sino por conciencia social y muchas veces, son los que menos tiene los que mejor te lo saben agradecer y con un pequeño gesto como ese, te dan lo más valioso que poseen, su fe.

Además, estoy contenta como agnóstica, porque a pesar de todo, creo que ME GANÉ EL CIELO

Por cierto, el cura era muy surrealista, después de a misa nos invitó a comer torta y sacó su colección de películas, entre ellas... Holocausto Caníbal, así, como lo oís. No sé que pensaba él que iba a encontrar allí, pero ya nos avisó: "Esa película es horrible", ¡cómo no va a serlo!, es la película de culto de los amantes del gore. Otro de los momentos “interesantes” fue cuando nos confesó que se compró "La mujer de mi hermano", porque le parecía que la actriz (la misma que la del culebrón "La descarada Rubí", como rápidamente nos informó) está buenota. Bueno, el no se expresó así, el dijo que era una belleza de mujer y que le gustaba mucho. La verdad, yo no veo ningún problema en que los párrocos expresen sentimientos como estos, creo que todo el mundo los tiene y que esto les acerca más al pueblo. Además, admirar la belleza no está prohibido por Dios.


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