Enhierrada
Hoy es un día triste, hoy estoy deprimida, hoy me pusieron los aparatos en mis bellos dientecillos inferiores. Vosotros diréis que tan bellos no serían si tengo que llevar aparato, pero os puedo asegurar que son unos dientes preciosos. A los otros, los aparatos de arriba, ya los había cogido cariño, los veo como una magnifica obra de ingeniería, todo hierros es cierto, pero cada uno en su lugar para trazar una perfecta línea recta que realza el brillo nacarado de mis molares. Aunque no puedo negar que la técnica de sonreír me costó lo mió aprenderla, creo que incluso en ese aspecto he logrado tener una simbiosis total entre mis hierritos y yo.
Pero los de abajo son otra cosa, esa maravillosa recta metálica se difuminó hasta convertirse en eses y como los dientes son más pequeños pues los brackets están más juntos y lo único que se ve son piezas transparentes y metálicas. Es horrible. Ni aunque me pare delante del espejo las mil y una horas en un maratón de muecas, expresiones y mohines conseguiría la tan anhelada sonrisa Profiden. Lo dicho es horrible.