Bueno, atendiendo otra petición, que va en sintonía con mi idea de ir poniendo las fotos de todos mis viajes por Caracas, voy a poner no las de un viaje mío propiamente dicho, pero en el que participe activamente ejerciendo de guía. Habló de la visita que me hicieron mis padres y mi hermana en junio de 2005, cuando ya hacía casi un año que estaba por estos lares.
Esta es una foto que tomó mi padre desde el avión, en algún punto del océano atlántico, que une el viejo y el nuevo continente.
Este fue mi primer día de guía oficial, el domingo 19 de junio de 2005. Acá estamos en el Parque del Este, uno de los pulmones de Caracas y el que más vida tiene. Allá va mucha gente los fines de semana a hacer deporte, pasar la tarde paseando, tomar el sol, leer un libro, hacer picnic, celebrar cumpleaños. En el hay una concha acústica para hacer conciertos, un mini zoo, un terrario, un planetario y, de vez, en cuando se celebran ferias, como la del libro.
Esta es otra foto también en el Parque del Este, pero está vez somos las mujeres de la familia. Bárbara, en su línea, no quería salir en la foto, así que la tuve que agarrar por el pescuezo para que no huyera.
Después de disfrutar el Parque del Este Monona, Rocío y Macu nos llevaron a El Hatillo, un pueblito colonial cerca de Caracas bien lindo, como podéis ver en la foto.
Acá, estamos mi madre y yo con Macu, mi compañera de piso, en una de las coloridas fachadas que visten las casas de El Hatillo.
Este es un local que hay un poco más arriba de El Hatillo que se llama "El Mocho" y donde dan las mejores cachapas (tortillas de maíz) del mundo. Monona, Rocío y Macu con la mamma.
Otra vez tengo que jalar a Bárbariña para que salga en la foto. Acá, las hermanas Cavada con las tres marías, jajajaja. Como veis por la mesa no nos privamos de nada.
Después subimos a El Ávila, la montaña que rodea Caracas y orgullo de todo citadino que se precie. Como éramos tantos Macu y yo nos tuvimos que acomodar en el maletero de Yupi, la camioneta de Rocío, la misma que nos llevó hasta la Gran Sabana casi un año después. Como podéis comprobar en aquellos tiempo no usaba aparatos y presumía de dientes, jajajaja.
Una vista de Caracas desde El Ávila, se ven perfectamente las dos torres de Parque Central y los grandes edificios de la urbe, aunque tampoco escapan de nuestra vista los ranchos que la rodean.
Perro, fijaos en Macu (la de amarillo), no sé como lo hacía, pero siempre sabía cuando la iban a sacar una foto y actuaba en consecuencia, luciendo su amplia sonrisa Profiden. Por cierto, si os preguntáis que estábamos mirando era la vista de la foto superior.
Ajá, esta es otra de las vistas que nos regala El Ávila, también de Caracas, pero evidentemente desde un punto mucho más alto. Es impresionante la tranquilidad que te da esta montaña, a la vez tan cerca y tan lejos, de la bulliciosa Caracas.