La sabiduría de los dioses
Los dioses son sabios y las nubes negras siempre terminan pasando, y aunque las gotas de lluvia calen en nosotros son sólo una ayudita para asentar nuestras raíces, hacer brotar nuestro verdor y acercarnos cada vez más a la madurez, que no es otra cosa que la experiencia vivida.
Como veis la nueva semana ha mejorado notablemente mi humor, el optimismo ha llegado otra vez a mi vida y aunque nunca podré ver las cosas color de rosa (no va en mi naturaleza y es un color horrible para ver el mundo), me han vuelto las ganas de innovar, experimentar y ¿por qué no? soñar en conseguir esas metas que siempre anhelé pero que nunca me atreví ha emprender. De hecho tengo por ahí un proyecto a corto plazo que tengo muchas ganas de empezar, además me ayudará mucho a explotar esa vena dramática y fatalista que me permitirá drenar las desgracias. Por ahora no os voy a comentar nada para que no se me gafe. Soy una indecisa y si luego no se me da o no me lanzó a la piscina me va a dar una pena horrible deciros que sólo se quedo en eso, otro proyecto más frustrado.
Por lo pronto, muchos besototes a todos y a divertirse que la vida son dos días.