Conociendo Venezuela

Después de casi 3 años viviendo en Venezuela hay cosas que no dejan de sorprenderme. Hablando con la gente que recién me conoce siempre hay una pregunta inevitable, ¿por qué te quedaste? Les sorprende que una españoleta haya decidido asentarse en su bello país, no les cabe en la cabeza que cuando la mayoría de los venezolanos se quieren ir a España, Europa, EE.UU.,… yo me quiera quedar. No es porque menosprecien su país porque de otra cosa que me he dado cuenta es que todos los venezolanos en general tienen la autoestima bastante subida, como decía un comediante criollo: “un venezolano llega de último en una carrera internacional pero aquí siempre le recibirán como a un héroe que ha realizado un gran proeza”.

Cuando llegue aquí me llamó poderosamente la atención que las casas o edificios estuviesen rodeadas de alambradas, tipo barricadas. De pana, eso sólo lo había visto en las películas de guerra. Los más sofisticados tenían una cerca eléctrica encima de los muros para que los amigos de los ajeno no tuviesen la tentación de saltarlos.

La forma de hacer televisión también me sorprendió, creo que no hay país en el mundo con medios de comunicación más parcializados, tanto de un lado como de otro, nada más llegar tú sabes que la verdad no está ni en unos ni en otros, sino que tú mismo la vas a tener que buscar haciendo un detallado análisis de ambos bandos para poder tener una percepción mínimamente objetiva.

Otra cosa inconcebible para mi cabecita españoleta son las cadenas, os explicó, es cuando el presidente Chávez mayoritariamente, pero también los organismos públicos, hacen que todas las cadenas de radio y televisión del país se peguen a su señal, de tal forma que todos están retransmitiendo lo mismo, algo parecido a lo que pasa en España con el mensaje navideño del Rey, claro que eso dura no más de 10 minutos y las cadenas de Chávez pueden durar hasta 5 horas. Los temas son de lo más variopintos, visitas oficiales de otros mandatarios, inauguraciones de campos de fútbol, hospitales, actos de graduaciones, en fin, cualquier cantidad de cosas, una más interesante que otra, como podéis observar. Las cadenas también son una forma de evitar que salgan al aire cosas que el gobierno no quiere, por ejemplo hay una rueda de prensa de un líder de la oposición desde el exterior y Chávez lanza una cadena para que no se vea en directo.

La forma de hacer política también es diferente, supongo que en las primeras elecciones democráticas en España después de la Transición Felipe González también tuvo que hacer lo que hacen los dirigentes venezolanos hoy, ir de pueblo en pueblo, de barrio en barrio llevando su mensaje. Claro las intenciones no son las mismas, los políticos venezolanos tiene que llegar a esa población tal olvidada para ellos hasta que llegó Chávez, los pobres. Tienen que recuperar espacios y por eso tienen que ir a los barrios, a las zonas marginales, para poder captarlos y hacerlos ver que ellos también piensan en el futuro de los más necesitados y van a implementar políticas en este sentido. Lo triste es que los venezolanos, sobre todo los pobres, siguen con el esquema de la IV República a la hora de votar. Cuando tú subes a los barrios en campaña electoral te das cuenta de que la gente no pregunta: “¿Qué vas a hacer por nosotros?”, la gente pregunta: ¿Qué va a hacer por mí?, ¿me vas a dar una casita?”, algo que también ha fomentado el gobierno Chávez. Los pobres venezolanos, por mucho que piensen que están rumbo al Socialismo del Siglo XXI, no han interiorizado lo más básico promulgado por Marx: “tener conciencia de clase”. Cuando empiecen a preguntar utilizando el “nosotros” y no el “yo” las cosas realmente cambiarán y podrán realmente demostrar su fuerza como clase social, sino seguirán viviendo en una fantasía en la que creen que cuentan, cuando en realidad siguen sin contar para nadie, ni para oficialismo, ni para oposición.