"Acuéstate por la vida"

Hola de nuevo, ya sé que llevó unas cuantos días sin escribir, pero es que realmente no me había pasado nada del otro mundo. Pero la cosa cambio este sábado. La verdad es que tuve un día bastante completo. Pope, la otra españoleta en Venezuela que ya os presente en la trilogía "La Gran Sabana", había venido de Coro y se quedaba en mi casa.

Ese día los jóvenes universitarios habían convocado una manifestación llamada "Acuéstate por la vida", con la cual se quería dar un toque de atención al gobierno sobre la inseguridad que reina en Venezuela. Todo ello a raíz de los asesinatos de los niños Faddoul, su chofer y el reportero gráfico, que también os comenté aquí en su momento.

Total que como aquí, en cierto sentido, las marchas se han convertido en una forma de reunión social, nos encaminamos hacia Plaza Altamira, epicentro del evento. La intención de los organizadores era reunir a 70.000 personas, en representación a los muertos habidos en el país. La gente se tumbaría en el asfalto y pintaría su silueta con tiza, como hace la policía, cada uno por un muerto. Después se permanecería durante 15 minutos en esa posición.

Voy a ser sincera, yo no estuve ese cuarto de hora tumbada, ya conocéis mi vena paparazzi, rápidamente me levante y empecé a disparar las fotos que ilustrar mi historia. Penélope sin apéndice fotográfico y más conciencia social que yo aguantó los 15 minutos completicos tirada en el piso, mientras el asfalto le quemaba la espalda, porque eso sí, hacía un calor del carajo. Ahí mismito nos encontramos con Víctor y Yelitza, que en próximas entregas os presentaré como es debido, porque si no corro el peligro de ser chalequeada y recriminada por el resto de mi existencia. También vinos a Macu y Diana, con quiénes fuimos a dejar nuestra pequeña impronta histórica pintando nuestra silueta con tiza en la carretera.

Después de eso, hubo unas actuaciones musicales: breakdance, chicas rockeras, y demás... ya sabéis, en un evento universitario que se precie nunca puede faltar el elemento musical. Después de asistir a un evento social de estas características es justo y necesario que tu estómago comience a recriminarte el maltrato infligido y le de por rugir. Decidimos ir a comernos algo y contemplar Caracas desde la terraza del Sambil. Como a las 5 de la tarde Yelitza y Víctor se fueron, el trabajo les reclamaba, y Penélope y yo nos fuimos al cine a ver "La vida es un milagro, la última de Kusturica, demasiado buena, os la recomiendo.

(La historia continúa, pero como luego me dicen que escribo auténticos testamentos, la segunda parte os la contaré mañana)