La Cebra cumple años
Parece que esta va a ser la semana de los cumpleaños, y esta vez lo hago el día que es. En esta ocasión se trata de otra amiga, una amiga que me hacía ir a reclamar un mal vuelto de las entradas del cine y después de pelearme con el taquillero por más de 5 minutos y no conseguir el dinero, me decía que ¡ups!, se había equivocado y el taquillero tenía razón, no había habido ningún error. Una amiga a la después de bailarles a todas la danza del mirlo (de tradición ancestral que propicia los amoríos estivales), me bautizo como “la mirla”. Una amiga de esas a las que no dejaba meterse con mi hermana. Una amiga a la que le decía: “No yo no quiero café, yo estoy muy buena” o esa otra frase mítica como “No, no me que he caído, me he hecho una bola para seguir rodando y llegar más rápido”. Una amiga con la que he pasado buenos y malos momentos, con la que he tenido mis épocas mejores y peores, pero que al final, es con una de las que siempre he podido contar. Una de esas amigas que te mandan correos y te escriben mensajitos de vez en cuando para recordarte que ha pesar de la distancia y los océanos una pueda contar con ella. Una de esas amigas que te escriben cartas y felicitaciones de navidad, esa primera vez en la que las pasas alejada de casa (junto a la Trudi, por supuesto). En definitiva, una amiga de esas que sabes que siempre vas a tener ahí para lo que sea y una de esas casas nuevas a las que voy a poder llegar a mi regreso. En definitiva Cebrecos, sólo quería desearte ¡Feliz cumpleaños! A las demás, las que también concuerdan con esta descripción: Un beso y muchos abrazos, se os echa de menos.