Encrucijada de palabras

"Soy un individuo de una especie animal elevado por mis semejantes a la dignidad de ser humano". No sé de quien es la frase pero sí que es realista, por eso espero que a través de este espacio logre alcanzar algo de ese ser humano del que habla. Dicen que este nuevo medio de comunicación es aislacionista, que no fomenta el calor que te brinda una amistad, pero cuando quieres hablarle al mundo y no importa quién pueda escuchar, no importa que forma utilices, lo importante es conseguirlo.

07 junio, 2007

Despidiéndonos de la tierruca

Era ya 17 de enero, los días habían pasado volando y ya nos teníamos que regresar a Caracas, nuestro vuelo salí al día siguiente y aún nos queda hacer las maletas llenas de recuerdos y buenos momentos. Ese día fuimos a la Península de la Magdalena, uno de los lugares más bonitos de Santander, la capital de mi terruño: Cantabria.

La Isla de Mouro se sitúa frente a la Península de la Magdalena, dominado el acceso a la Bahía de Santander. Cuenta con un pequeño faro que antaño guiaba a los navegantes la entrada al puerto. De hecho los romanos llamaban a Santander Portus Victorae.

El Palacio Real de la Magdalena es el edificio más emblemático de Santander, no tiene un estilo definido aunque se le cataloga como “pintoresquismo ecléctico”, una mezcla de estilos ingleses y franceses con incorporación de elementos típicos de la arquitectura montañesa. Se encuentra situado en la península del su mismo nombre, que tiene una extensión de 28 hectáreas. En 1908 el Ayuntamiento de Santander comienza la construcción de un Palacio para los Reyes. Se realizó con la participación de todos los santanderinos mediante una suscripción popular. Los arquitectos cántabros Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega son los encargados de realizar el proyecto, que se da por finalizado en 1912.

El 4 de agosto de 1913 tiene lugar la llegada de Sus Majestades, para tomar posesión de la nueva residencia palaciega. Los Reyes veranean en Santander durante 17 años consecutivos hasta 1930. Alfonso XIII encuentra en nuestra ciudad y su provincia el mejor lugar para practicar sus deportes favoritos las regatas de vela y la caza. También juega al tenis y a partir de 1915 con la inauguración del Campo de Polo, puede practicar este deporte en la Magdalena. De este mismo año son Las Caballerizas Reales.

Al fondo se ve la playa de Somo, en la población del mismo nombre, donde por muchos años, antes de llegar al Nuevo Mundo, tosté mi piel al sol, me bañé en las frías aguas del Mar Cantábrico, jugué cartas, palas, me reí,... en fin, toda una época de mi vida.

Panorámica tomada desde uno de los balcones del patio exterior de la Magdalena. Todo el conjunto formado por el palacio y sus jardines fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1982.

Una bella puesta de sol vista desde este regio lugar orgullo de los santanderinos.

Para que veáis que en España, y más concretamente en el norte, también hay palmeras.

Otra bonita vista del atardecer tomada desde el Parque de la Magdalena, usado por sus visitantes para tomar el sol, practicar deportes o simplemente enfrascarse en la lectura o contemplar un maravilloso paisaje desde la sombra de alguno de sus árboles.

No se lee bien pero Víctor hizo esta foto porque en el cartel del fondo se puede leer "Precaución, no dar de comer a los animales". Sin comentarios... yo ya venía comida de casa, jajajaja.

Existe un pequeño mini zoo, cuya máxima atracción lo representa la piscina de las focas, ya que el agua de mar penetra en ella como si se tratara de una cascada natural.

La foca se animó y empezó a deleitarnos con su desafinado canto.

Además, se pueden contemplar ejemplares de leones marinos y pingüinos.

Como curiosidad, ya que no se relaciona en nada con la fotografía, os diré que cerca del mini zoo se encuentran las tres naves que transportaron a Vital Alsar en 1977 hasta la costa ecuatorial de Guayaquil. El recorrido por el recinto puede realizarse con el "Magdaleno2", un tranvía que recorre la península.
Si que estamos boniticos, eh?. Para daros el dato turístico os comento que al foooooondo se puede ver la playa del Camello, situada Playa situada junto a la península de la Magdalena. Se trata del extremo sur del extenso arenal que se extiende desde Cabo Menor hacia el sur. Recibe su nombre por la inconfundible forma de una de las rocas que la ocupan. Es la primera playa que se abre en la ensenada del Sardinero. A partir de aquí se suceden otras playas que pueden seguirse por un paseo marítimo.

En esta foto, y también muy al foooooooooondo se puede apreciar la cúpula gris del Hotel Real.

Como realmente prácticamente no se aprecia pongo esta foto tomada de Internet para que podáis apreciar mejor el Hotel Real, construido por el arquitecto González Riancho e inaugurado en el año 1917 en la calle Pérez Galdós. El edificio combina los estilos modernista, neofrancés y ecléctico, y destaca por el color blanco de sus fachadas y su hermosa terraza. Es uno de los hoteles más lujosos de España y cuenta con un centro de talasoterapia de 1.400 m2 distribuidos en tres plantas conectadas entre si.

El Gran Casino de El Sardinero, obra del arquitecto Eloy Martínez del Valle, está situado en la Plaza de Italia y es uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad. Su construcción se inicio a mediados del siglo XIX, siendo el primer edificio que se levanto en El Sardinero, y fue finalizado en el año 1916. Es un grandioso edificio que combina los estilos modernista, renacentista y afrancesado. En su fachada, toda de color blanco, destacan las dos grandes torres octogonales situadas a cada uno de sus lados y su hermosa terraza.

Comillas, la influencia catalana

El 16 de enero, un día antes de nuestra vuelta a las Américas, decidí llevar a Víctor a conocer Comillas, un pueblo costero de Cantabria en que muchos artistas modernistas catalanes dejaron un pedacito de su arte, dotando a este lugar de un gran encanto.

Dando la bienvenida al cementerio de Comillas se encuentra esta excepcional escultura de Josep Llimona i Bruguera llamada El Ángel Exterminador.

Las paredes del perímetro del cementerio con sus pináculos y la puerta principal son un trabajo de Lluís Domènech i Montaner, que recibió un encargo de mejora y agrandamiento hecho en 1.893. Este cementerio se construyó sobre los restos de una antigua iglesia gótica del siglo XV.
Como curiosidad os diré que Lluís Domènech i Montaner es el mismo que se encargó del Palau de la Música de Barcelona.
Algunos panteones también fueron diseñados por Domènech y esculpidos por Llimona, como el de la familia Piélagos. Desde el cementerio se puede ver el mar lo que le imprime un encanto particular.

Esta es mi futura casa, lo que pasa que ella aún no lo sabe, jajajaja.

La Universidad Pontificia de Comillas fue creada el 16 de diciembre de 1890, erigida por el Papa León XIII, mediante el Breve "Sempiternam Dominici Gregis". En sus inicios era un seminario católico para la formación de candidatos al sacerdocio procedentes de toda España, Hispanoamérica y Filipinas, promovido a instancias del padre jesuita Tomás Gómez Carral (1837-1898) y construida por su patrocinador, Antonio López y López (1817-1883), primer marqués de Comillas, y su hijo Claudio López Bru.

Después de setenta y cinco años de labor académica en Comillas se decidió, en 1968, su traslado total a Madrid y abrir la institución a la enseñanza de seglares cristianos.

El Seminario Mayor de la antigua universidad de Comillas diseñado por Lluís Domènech i Montaner.

El Palacio de Sobrellano perteneció a la familia de Ocejo. El marqués adecuó de este modo sus propiedades a su nueva posición social. El conjunto fue proyectado por Juan Martorell hacia 1878, constituyendo un claro ejemplo de la reacción pintoresca frente al clasicismo. Para la construcción de la capilla-panteón el arquitecto siguió modelos del gótico perpendicular inglés y centroeuropeo, dando como resultado una catedral en miniatura, acorde con el espíritu profundamente religioso del artífice y de don Claudio López Bru, segundo marqués de Comillas.
Los panteones fueron construidos por escultores catalanes modernistas, como José Llimona y Barbany y Agapito Vallmitjana. También se añadió el mobiliario religioso diseñado por el joven Antonio Gaudí, el cual además diseñó los kioscos de los jardines.
El Capricho fue proyectado por Antoni Gaudí i Cornet y construido entre los años 1883 y 1885 bajo la dirección del arquitecto Cascante Colom siguiendo los planos de Gaudí. El proyecto fue encargado por Máximo Díaz de Quijano que deseaba tener una casa de veraneo al lado del palacio de Sobrellano, que era el palacio de su concuñado el primer marqués de Comillas.

La casa es el proyecto de un joven Gaudí, que todavía no había adoptado un estilo arquitectónico definitivo dentro del Modernismo, pero que muestra aquí su fantasía combinada con una visión contemporánea de la arquitectura combinada con la adopción de elementos históricos como el estilo neomudejar.

Durante la Edad Media, la villa de Comillas fue conocida como la villa de los Arzobispos, ya que en su municipio nacieron numerosos que ejercieron su labor en las colonias de Latinoamérica. La actividad pescadora de sus barcos era la mayor fuente de ingresos durante esos siglos. El descubrimiento y posterior explotación de las minas de calamina en 1852, y un turismo estival que continúa hasta nuestros días supuso un aumento de la población que se comenzó a articular a partir de la plaza de la Villa. Con las aportaciones de los Marqueses de Comillas y una serie de importantes arquitectos catalanes como Gaudí, la villa se convierte en un ejemplo de modernismo.

Este peculiar bar, con un aspecto muy propio de los años 60, se encuentra bajando del Capricho de Gaudí por el lado contrario al Palacio de Sobrellano.

Esta típica casona montañesa es un buen ejemplo de la magnífica arquitectura popular y las casonas solariegas con sus escudos, propias del linaje de la época (XVIII), que se pueden contemplar recorriendo las calles de Comillas.


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