Músculos, magos y corsos

Hoy, por suerte, voy a dedicar este pequeño espacio a cosas más alegres que en los últimos días. Tenía una noticia que daros hace tiempo, pero con todos estos acontecimientos, no he podido sino hasta ahora contaros los eventos en cuestión.

En primer lugar, abróchense sus cinturones, me he apuntado a un GIMNASIO, si, si, como lo ois. Y nada de aeróbic y cosas de esas, pura máquina pa´ echar músculo jajajaja. Así que te, con un poco de suerte y mucha intervención celestial, en unos meses, cuando vuelva a mi Cantabria querida, no vais a saber si soy yo o una miss Venezuela, jajaja. Si ya lo sé, el gimnasio te puede ayudar a tener buen cuerpo, pero no te quita la cara de culo. Eso sólo se consigue con un buen cirujano plástico y por ahora, no estoy por la labor, jajaja.

Bueno en segundo lugar, y está si es buena, ¿a qué no sabéis a quién vi la semana pasada en concierto? Vamos, esta no la sacáis ni en un millón de años... a MAGO DE OZ, si, si, como lo oís, en vivo y en directo aquí en Venezuela. Impresionante la cantidad de fanáticos que tienen acá, había como unas 2.000 personas y eso pa ser Caracas y ese tipo de música, creedme, es admirable. La verdad es que estuvo muy bien, nunca los había visto en directo y me gustaron, ver agitarse esas 10 melenas irreverentes, con el constante sonido del violín de fondo, la vestimenta gótica (incluido cambio de vestuario - bueno de levita, una roja por una morada- porque hay nivel, cual tonadillera, que se creen ustedes) y ese ingrediente celta, hicieron del concierto una experiencia realmente interesante. Lo malo de la cuestión es que no pude amenizar el disfrute de la actuación con Kalimotxo, así que me conforme con tomar algunas birritas; mientras Víctor, que fue el que me sorprendió consiguiendo las entradas, vivía su primera experiencia en vivo con el rock español. Gracias a dios, no salió corriendo, jajajaja.

Y para terminar, y no por eso lo menos importante, el miércoles fui al teatro. Desde l 31 de marzo hasta el 16 de abril en Caracas se celebra el Festival Internacional de Teatro, que si bien tiene obras en las que hay que pagar, tiene una parte destinada al teatro de calle, por demás, gratuito. Y claro, una cosa es cultivar tu parte cultural y otra es rascarse el bolsillo, jajaja. Así que sabiendo que era gratuito, me fui a ver a la compañía alemana "Pan Optikum", que presentaba la obra "Il Corso", basada en el "Libro de las Preguntas" de Pablo Neruda. La vaina fue un espectáculo arrechisimo, cuyo principal contenido era visual: fuegos artificiales, pirotecnia, juego de luces y sombras, imágenes inspiradas en el movimiento continuo, malabarismos, posturas dramáticas,… en fin algo digno de ver. El texto era importante y ayudaba a la interacción con el público. La música se complementaba perfectamente con lo que estábamos viendo. En las diferentes partes de la obra se plasmaban perfectamente los demonios, las dudas y las musas que se presentan en cualquier proceso creativo, así como la importancia de elegir la palabra adecuada y las interrogantes que planeta la vida. De verdad, fue una experiencia alucinante, recomendaría que fueseis a ver la obra, pero la del miércoles fue su última presentación. Eso sí, estarán en Bogotá durante el festival de teatro que se celebra en abril.