Entre Shakespeare y Pink Floyd
Este fin de semana que ha pasado, a pesar de tener guardia en el curro y no poder librarme de trabajar, ha sido de lo más cultural, pues he ido a dos eventos en donde se cultivaban sendos géneros de las bellas artes, los cuáles nos ayudan a elevar el espíritu, o, en el pero de los casos, a afincarnos en nuestra desilusión o despecho, esa es la magia de estos oficios, el poder incidir directamente en el alma humana y, según su estado de ánimo, inclina la balanza hacía un lado o hacía otro. Pero, dejaré de filosofar, como os decía este fin de semana fue muy cultural, el sábado fui a una obra de teatro y el sábado a un tributo a Pink Floyd.
La obra de teatro se realizó en un sitio bien simpático, que le dio un ambiente bien especial y sugerente. Fue en la Concha Acústica de Bello Monte, pero no en la Concha en sí, sino en su interior, en una sala cuyo techo en su parte central estaba abierto, como los típicos patios andaluces en el interior de las casas. La puesta en escena se hizo en el centro del lugar, que estaba en un nivel inferior que el resto de la sala, alrededor de la misma se habían puesto sillas, sofás y almohadillas para que la gente se sentase en el suelo si no encontraba sitio. En las esquinas del escenario se pusieron cuatro escaleras por donde entraban y salían los personajes de la obra.
La obra era una versión de Javier Moreno de "Como gustéis" de William Shakespeare, realizado por Xiomara Moreno Producciones por su XV Aniversario. Como dato curioso, el actor Jesús Vieira, que interpretaba a Orlando, se lastimó la pierna durante un ensayo y resolvieron solucionar el problema sentándole en una silla en la parte alta del escenario (la que estaba al nivel de los espectadores) y cuando no tuviese que estar en escena simplemente adoptaba una posición pensativa y ocultaba su rostro. Me pareció una buena idea que, además, no interrumpía el resto de la obra ni se veía extraño.
Las actuaciones estuvieron maravillosas, sobre todo la de Antonio Delli, como el bufón Yesca, el más mordaz e inteligente de los personajes, aunque se las dé de tonto, y Nelson Lehmann haciendo de Jacobo, el melancólico. Como dice el propio programa de mano "Como gustéis" abriga la certeza de que todo ha de acabar bien, porque los interlocutores acceden a un intercambio con los mejores propósitos. Se burla de la adversidad, que también existe, se vadean los obstáculos y se arriba a mejor meta. Es una definición de la comedia, "Está bien todo lo que termina bien, dice el mismo Shakespeare. Claro, para ello somete a sus maravillosos personajes al destierro, más al "soggiorno" en el bosque de Arden. Un espacio privilegiado para pernoctar y abandonando las convenciones de la vida urbana o de la corte y sus intrigas, poder someterse a las labores de la didáctica amorosa; jugar sin peligro y aprender la lección erótica de la diversidad, de lo ambiguo, de lo aparente. Y sobre todo de la aceptación del otro en su autentica realidad.
Además, en las paredes del lugar había una pequeña exposición con las obras de Lucio Vega, artista que trabaja la madera y el metal para crear piezas móviles con pequeñas piezas de madera sin tratar demasiado, no lisas y pulidas, sino con sus formas originales, y pedazos de metal que las dotan de movimiento. Según sus palabras "veo el movimiento como un punto de convivencia entre elementos que varía constantemente, conservando un estado en el cual sus partes se necesitan unas a otras". La obra que podéis ver acá se llama Propuesta # 2 (De la Guaira con neblina, contando en le teleférico...nos vamos ya!). Tiene unas medidas de 29 x 56 x 22 cm. Está hecha con madera y metal, con la técnica del ensamblaje.
El domingo, fui al Concierto tributo a Pink Floyd que duró cuatro horas y que constó de dos partes. En la primera versionaron las canciones de esta mítica agrupación "Mochuelo", banda valenciana (de la Valencia venezolana, claro) que ganó el Festival Nuevas Bandas en el año 2005. La música que hacen es electrónica y psicodélica, mezclada con indie, soul, trip-hop, funk y pop. La verdad es que lo hicieron muy bien, con ellos cantó "Cangrejo", miembro del grupo "Seguridad Nacional". Después les siguió el mítico Pedro Castillo, quien formó parte de grupos emblemáticos del pop-rock venezolano como Témpano y Aditus. Las dos etapas que estuvo en Témpano se caracterizaron por su rock progresivo.
Más tarde llegó "Chucknorris", grupo emergente de la escena venezolana que hicieron unas versiones en su estilo propio y original muy buenas y cargadas de energía, me gustaron mucho, ahora entiendo todos los premios y reconocimientos que han logrado desde que en 2005 editaran su opera prima "II Cuentos".
Para cerrar la primera parte le tocó el turno a Negus Nagast, la banda de reggae más importante de Venezuela que, he de confesar me tenía a la expectativa de cómo iba a versionar a Pink Floyd en el ritmo jamaicano, pero he de decir que me sorprendieron gratamente pues lograron un sonido bien agradable a golpe de timbales.
La segunda parte era le plato fuerte, pues las canciones de Pink Floyd serían interpretadas por la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho y una banda compuesta por grandes virtuosos venezolanos en cada uno de los instrumentos como lo son Ángel Quiñones (arreglista del concierto), Simón Newman y Pedro Castillo en la guitarra; el reconocido y versátil músico criollo Frank Quintero y Edgar Saume en la batería; Rodolfo Reyes en el saxofón; Gerald Chacón (Chipi) en la trompeta y el fliscorno; la maestra Beatriz Bilbao en el piano; las coristas María Ida Guadagno, Enza Rigano, Dieter Negrín y Geannis López; y los vocalistas Alexis Peña, Pedro Castillo, Frank Quintero, Ángel Quiñones, María Ida Guadagno, Enza Rigano y Elysmar Rendón.
Bueno está parte de rock sinfónico, fue arrechísima, como os podréis imaginar y en la canción “Another Brick in the Wall”, de Roger Waters, contó con la participación de los Niños Cantores de Venezuela. La verdad es que ese tema, tocado con la primera parte y “The Happiest Days of Our Lives”, fue apoteósico. La verdad, fui porque víctor me invitó, pero realmente se lo agradezco porque pude disfrutar de muy buena música.
Aunque era un tributo era a Pink Floyd, para cerrar la petición de bises cerraron con la canción "Smoke on the Water" de AC/CD, que, aunque desvirtuó un poco el acto, sí es un tributo lo es hasta el final, cerró con broche de oro.