Encrucijada de palabras

"Soy un individuo de una especie animal elevado por mis semejantes a la dignidad de ser humano". No sé de quien es la frase pero sí que es realista, por eso espero que a través de este espacio logre alcanzar algo de ese ser humano del que habla. Dicen que este nuevo medio de comunicación es aislacionista, que no fomenta el calor que te brinda una amistad, pero cuando quieres hablarle al mundo y no importa quién pueda escuchar, no importa que forma utilices, lo importante es conseguirlo.

11 junio, 2007

Corre, corre caballito

El domingo 3 de junio, después de varios meses queriendo ir al Junquito a montar a caballo lo conseguimos. Aunque no creáis que no sufríamos algún que otro inconveniente. Para empezar cuando íbamos a salir de Caracas hicimos una parada técnica en una gasolinera para echar gasolina, y menos mal porque resulta que el carro no tenía nada de aceite (y eso que Víctor le había echado el día anterior), pero el tipo estuvo un buen rato hurgando en el motor y por fin se arregló el asunto. Más contentos que una perdiz iniciamos la marcha hacia el Junquito, donde agarramos bastante cola y a las 12.30, poco antes de llegar al pueblo del Junquito y con el estómago rugiendonos (no habíamos desayunado) paramos a comer pastelitos de carme molida, demasiado buenos, y jugo de parchita.

Después de desayunar seguimos hacia el Junquito donde estuvimos mirando en qué puesto de caballitos nos parábamos, y justo cuando encontramos uno apartado y con nada de gente esperando a montar empezó a caer el gran palo de agua, si reíros, pero tuvimos que esperar una horita en el carro mientras caía el diluvio universal.

Pero después de la tempestad siempre llega la calma y por fin pudimos montar a caballito, el de Víctor creo que se llamaba "Trueno" o "Tormenta", algo así, el mío era "Apache" que la verdad se parecía bastante a mi, sobre todo en lo anárquico.

Esta es la testa de "Apache", jejejeje. Un rato después de iniciar el paseo a caballo empezó otra vez a llover con bastante fuerza, aunque paró pronto y la verdad me divertí mucho, es arrechísimo cabalgar sintiendo las gotas de lluvia en la piel. Me sentía como toda una amazona, jajajajaja.

El paseo duró como 40 minutos y pasamos por sitios bastante estrechos y difíciles aunque los caballitos sabían bastante bien lo que hacían, después de varios minutos llegamos a este claro donde pudimos galopar un poquito antes de emprender la vuelta a la civilización.

Víctor con su caballo blanco inmaculado, cual Santiago, jejejejeje. Después del paseo nos quedamos dando como cuatro vueltas al circuito ordinario para la gente que sólo quiere montar caballito un ratico corta y hacerse la foto. Esas vueltas las aprovechamos para ir al galope todo los que pudimos, demasiado finoooooooooooooooo.

Acá estoy despidiéndome de "Apache" después de más de una hora en su lomo ya nos teníamos que separar, el feliz de no tener que cargar más conmigo, yo adolorida en mis posaderas, jajajaja.

Un primer plano de "Apache" que le sacó Víctor. Se le nota triste porque me voy, ¿verdad?
Si no os creéis lo de la lluvia mirad esta foto que hicimos justo cuando nos íbamos de montar caballo, la primera foto que puse es justo de cuando llegamos. Podéis apreciar la bruma ¿verdad? Pues ahora imaginad lo que llovió. Sólo os diré que llegue a casa de barro hasta las pantaletas si te descuidas. De hecho tuve que llevar la ropa a una tintorería para que le sacase el barro que tenía y no porque sea una vaga, sino porque mi pobre lavadora con esas manchas de primera categoría no podía, jajajajaja.

Y después de una dura jornada de trabajo es necesaria una buena recompensa, la nuestra fue estas fresas con nata, ricas, ricas....

Y es que no me pude resistir a pegar un bocado a mis fresas y melocotones con crema, como dicen en Venezuela. Bueno chicos espero que viendo las fotos os hayáis hecho una idea de lo bien que nos lo pasamos ese día.


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