El Páramo

Al día siguiente, muy tempranito, salíamos para El Páramo de Mérida y, para sorpresa nuestra, nos encontramos que tres chicas vascas van a hacer el mismo recorrido que nosotras, así que sin darnos cuenta nos encontramos casi como en familia.

La primera parada por nuestro viaje por el páramo merideño fue acá, en lo que ellos denominan el Corazón de los Andes. Como podéis observar aún hace calor suficiente para seguir en tirantes.

Esta es la razón porque el lugar se llama "El Corazón de los Andes", por estas dos pequeñas colinas que dan la sensación de ser un corazón natural.

San Rafael de Mucuchíes fue fundado el 17 de agosto de 1872 a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. Mucuchíes, que significa en lengua indígena "lugar frío", se caracteriza por tener un estilo colonial, donde todavía se pueden observar casas típicas de la época, con un patio central, paredes de tapia y/o bahareque. Lo más famoso de este pueblecito en medio del páramo es la capilla de D. Félix Sánchez. La capilla, construida por Félix Sánchez está hecha de piedra sin el uso de cemento u otro tipo de argamasa, por lo que las piedras están sueltas, aguantadas únicamente por la presión que ejercen unas contra otras. En el interior de la misma están las tumbas de Felíx Sánchez y su mujer.

Teóricamente el representa a Félix Sánchez, al cual estábamos mostrando nuestra gratitud por deleitarnos con tan magnifica capilla.

En este punto del camino se subió al autobús este niño del páramo que cantaba a cambio de unos bolívares, también vendían ungüentos naturales a base de frailejón, flor típica del páramo.

Esta es la Laguna El Águila, situada en le Pico del mismo nombre, situado en la Sierra de La Culata y es el punto más alto (4.118 metros sobre el nivel del mar) al que se puede acceder en carro. Allí comimos y compramos productos típicos de la zona. Algunos aprovecharon para montar a caballo, pero nosotras decidimos contemplar el paisaje con paz y tranquilidad, llenándonos de la energía que emanaba de este lugar privilegiado.

Acá estamos Pope y yo con dos de nuestras amigas vascas y al fondo la Laguna El Águila.

Esta es la flor del frailejón, la típica flor del páramo.

Esta es la Laguna de Mucubají, en el Parque Nacional Sierra Nevada, como podéis ver hacía un frío y una niebla espectacular, además estaba lloviznado y hacia algo de viento. Estuvo chévere porque ese es el clima del páramo en esa época, pero no pudimos admirar este formidable paisaje más allá de nuestras narices, algo que si sucede otras épocas del año.

Los arrieros de la Laguna de Mucubají no tuvieron mucha suerte con nuestro grupo, el día estaba tan malo que a nadie le motivaba darse una vuelta al galope por los diferentes parajes del Parque Nacional.

Esta foto es un prueba fehaciente de lo que estoy diciendo, eso de ahí atrás es la niebla que había sobre la Laguna, es que no se distingue ni el agua. Posarse sobre una nube debe ser algo así.

Esta es una familia de maracuchos (de Maracaibo) lugar de altas temperaturas, de ahí sus gorros, bufandas, guantes, abrigos, tenían que pasar una temporada en el norte, se iban a enterar, jajajaja. La cuestión es que cuando nos conocieron se emocionaron, por lo de ser españolas, e insistieron en hacernos una foto con ellos, aunque la verdad es que casi fue un reportaje, sacaron cono 5 fotos iguales.

Otro momento en el Parque Nacional Sierra Nevada.

Acá estamos con Katiuska la niña que nos contó la historia de la Loca Luz Caraballo, a la que está dedicado este monumento. Lo recita súper rápido y con el acento típico del páramo, es gracioso. Los niños de la zona lo hacen ha cambio de unas monedas. La estatua está en el pueblo de Apartaderos. En este link podéis leer los versos que cuentan su historia http://www.meridapreciosa.com/cultura/palabreo_luz_caraballo.htm

Monumento a el perro "Nevado" que acompañó a Simón Bolívar en su Campaña Admirable, que no fue otra que atravesar los páramos merideños. Cuentan que Nevado correteaba alegre al lado del alto caballo de guerra del Libertador, y que le acompañó por las ciudades y campos de batalla, recorridos en la gesta libertadora. En plena batalla, Nevado ladraba muy alto, sobresaliendo sus ladridos por sobre el fragor de la lucha, como dando ánimo a su dueño. Y cuando Bolívar entró triunfante a Caracas, recibiendo el aplauso y la admiración de toda la ciudad, muchas de las flores que le lanzaban al Libertador, le caían a Nevado, y dicen que Bolívar aseguraba que el perro también merecía el homenaje de esas flores.

Acá estamos en un hotel-castillo que está en la carretera del páramo, era la última mirada a ese maravilloso paisaje antes de emprender el viaje de vuelta a la Ciudad de los Caballeros.

El guía decidió, al principio del viaje que, para que fuésemos puntuales, quién llegase el último tenía que pagar un peaje, que no era otra cosa que cantar una canción. Pope y yo, tan buenitas como siempre, nunca llegamos tarde, menos esta vez, que encima fue la última parada del viaje. Lo bueno es que llegamos todas las españoletas juntas y el baile y cante que nos marcamos lo hicimos al unísono.